Dignidad

Llevo varios días leyendo en las redes sociales esa palabra y ayer @jlpoblador acertó en lo que esperamos los seguidores de los equipos modestos de la comunidad de Madrid.

Pobla le pedía al Rayo "descender con dignidad" este domingo. No hacía falta, si hay algo que tiene la gente del Rayo es dignidad.

Esta semana los seguidores azulones estamos sufriendo una campaña de desprestigio por parte de mucho licenciado en periodismo que ejerce de ultra con bufanda en su medio. Parte de esa campaña consiste en malmeter a la afición del Betis para que genere un ambiente hostil que ayude a mandarnos a segunda división este Domingo. Un aficionado carballón daba en el clavo en otro mensaje "no he visto a ningún seguidor azulón pidiéndole a los del Villareal que hagan lo mismo con el Sporting, debe ser que ellos tienen dignidad".

Según el diccionario de la R.A.E. dignidad es la "gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse". También es "excelencia", "realce".

Si hay algo que tengo claro es que las aficiones del Rayito y del Geta sabemos comportarnos, cada uno en su forma de ser, cada uno en su cultura, unos animando a su equipo sin condición, dando sin esperar recibir, otros animando cuando vemos que desde el verde responden, que lo dan todo, no antes, pero tampoco sin fallar cuando nos necesitan. Sin dar ningún problema en los desplazamientos, sin tener ningún problema cuando nos visitan en nuestra casa, aunque nos juguemos la categoría en el envite. Estando juntos en la malas más que en las buenas, porque somos una familia, y la familia cuando más se une es cuando peor pintan las cosas.

Ninguno pedimos pactos, ni esperamos que los jugadores del equipo contrario nos regalen nada "porque nos llevamos bien", pedimos que los nuestros lo den todo, que lleguen hasta donde puedan, y si no consiguen el objetivo los aplaudiremos este domingo, estaremos orgullosos de vuelta a casa, porque son los nuestros. Porque sabemos que han hecho todo lo posible. Porque hemos visto cómo salían sin aliento del campo aunque no hayan salido las cosas, aunque no hayan estado acertados. 

Porque nosotros no estamos dispuestos a vender nuestra dignidad, es nuestro patrimonio.